¡Hola, buscadores de objetivos y cazadores de sueños! ¿Estás listo para impulsar tu juego de establecimiento de objetivos con algunas ideas inteligentes del único Dr. Andrew Huberman ? Abróchate el cinturón, porque estamos a punto de sumergirnos profundamente en la neurociencia del logro de metas y, créeme, ¡es más divertido que un barril de monos inteligentes!
El cuarteto inteligente detrás de tus objetivos
Primero lo primero, conozcamos las cuatro fantásticas partes de tu cerebro que están a cargo de tus objetivos. Imagínese una banda de rock donde cada miembro tiene un papel único:
- Amígdala: El baterista ansioso, siempre preocupado por perder el ritmo o perder una señal.
- Basal Ganglia: el bajista genial que decide si bailar o tomar una siesta.
- Lateral Prefrontal Cortex: El meticuloso teclista, que planifica y armoniza los futuros éxitos de la banda.
- Orbital Prefrontal Cortex: el cantante principal emocional, que canaliza todos los sentimientos en la música.
¡Juntos, crean la sinfonía de su viaje para establecer metas!
Establecimiento de objetivos: no es sólo un paseo por el parque
Establecer metas no es tan simple como pedirle un deseo a una estrella y esperar a que suceda la magia. Es más como planificar un viaje a Marte: ¡necesitas estrategia, recursos y una buena dosis de audacia!
El arte de la gratificación retrasada
Retrasar la gratificación no es sólo para monjes y superhumanos. Cuanto más lejos esté tu objetivo, menos estimulante será la recompensa. Es como esperar a que llegue una pizza que tarda un año en llegar, poco motivador, ¿verdad?
Visualizar o no visualizar
Aquí hay un dato curioso: simplemente soñar con tus metas no te llevará allí. Debes combinarlo con acción, como mantequilla de maní con gelatina. De lo contrario, es como soñar despierto con ser una estrella de rock sin siquiera tocar una guitarra.
Miedo al fracaso: el motivador inesperado
Acepta el miedo al fracaso como un viejo amigo. Es el empujón que necesitas para seguir moviéndote, como un entrenador personal que susurra: “Podrías tropezar y caer de bruces” cada vez que piensas en relajarte.
Cómo engañar a tu cerebro para que aplaste esos objetivos
Ahora, pongámonos las batas de laboratorio y entremos en el meollo de la cuestión de engañar a nuestros cerebros para que sean máquinas de aplastar objetivos:
Enfoque: la salsa no tan secreta
Manténgase concentrado como un gato mirando un puntero láser. Las señales visuales son tu mejor amiga aquí. Intenta mirar un punto durante 30 segundos antes de empezar a trabajar. ¡Es como darle a tu cerebro un trago de espresso sin nerviosismo!
Dopamina: el caramelo propio del cerebro
La dopamina es como el dulce favorito de tu cerebro. Le encantan las sorpresas y las recompensas. Por lo tanto, sigue adivinando y date un capricho con regularidad, como tener una mini celebración cada vez que marcas una tarea.
Establecer objetivos: el enfoque Ricitos de Oro
Establezca objetivos que sean perfectos: ni demasiado fáciles ni demasiado difíciles. Es como elegir un nivel de videojuego: quieres un desafío, pero no tan difícil como para tirar el mando al televisor.
Ver: La ciencia de establecer y alcanzar metas | Podcast n.° 55 del laboratorio Huberman
Concluyéndolo con una sonrisa
¡Así que ahí lo tienen amigos! Fijación y consecución de objetivos, estilo Huberman. No es ciencia espacial (bueno, tal vez un poco), pero seguro que es una montaña rusa de emoción inteligente. Recuerde, su cerebro es como un músculo: cuanto más lo ejercite con estas estrategias, más fuerte se volverá para lograr esos objetivos. Ahora, avanza y conquista esos sueños con el poder de la neurociencia… ¡y una pizca de humor, por supuesto! ✨